miércoles, 24 de agosto de 2016

Nanopartículas obtenidas del jengibre contra la enfermedad inflamatoria intestinal.

Estas nanopartículas son absorbidas por las células del intestino donde se producen estas patologías, reparándolas e impulsando la proliferación de nuevas células que revisten al colon.

   Investigadores del Atlanta Veterans Affairs Medical Center, Estados Unidos, han conseguido obtener nanopartículas (de unos 230 nanómetros de diámetro) de la raíz del jengibre que podrían ayudar a curar la enfermedad inflamatoria intestinal, así como a combatir el cáncer relacionado con la colitis ulcerosa.

   En el trabajo, publicado en Biomaterials, los científicos comprobaron que estas nanopartículas son absorbidas por las células del intestino donde se producen estas patologías, reparándolas e impulsando la proliferación de nuevas células que revisten al colon. Además, ayudan a bajar la producción de proteínas que promueven la inflamación, aumentando las que combaten el proceso inflamatorio.

   "Parte del efecto terapéutico proviene de los altos niveles de moléculas de grasa en las partículas, como consecuencia de los lípidos naturales de la planta de jengibre. Uno de los lípidos es el ácido fosfatídico, un importante bloque de construcción de las membranas celulares. Asimismo, las partículas también retienen los componentes activos que se encuentran de forma natural en el jengibre, tales como 6-gingerol y 6-shogaol", han explicado los científicos.

   Ahora bien, la idea de luchar contra la enfermedad inflamatoria intestinal a través de nanopartículas no es algo nuevo, puesto que en los últimos años diversos expertos ya han explorado cómo se pueden administrar medicamentos convencionales a través de la nanotecnología.

   Un enfoque que puede permitir que las dosis de fármacos se entreguen únicamente cuando sean necesarias, evitando así efectos sistémicos no deseados. "La ventaja del jengibre es que no es tóxico, por lo que podría representar una fuente muy rentable para la medicina", han zanjado los científicos.






miércoles, 17 de agosto de 2016

Comer más proteína vegetal disminuye el riesgo de muerte.

Las personas que fuman, son sedentarias o beben demasiado alcohol tienen mayor probabilidad de morir debido al consumo de proteínas de origen animal, mientras que las proteínas vegetales disminuyen el riesgo, según un estudio.

   Comer más proteínas de fuentes vegetales está asociado con un menor riesgo de muerte, mientras que las proteínas animales lo aumentan, especialmente entre los adultos con hábitos de comportamiento poco saludables como fumar, beber alcohol en exceso, tener sobrepeso o ser sedentario, según un estudio publicado en JAMA Internal Medicine.

   "Mientras que los estudios anteriores se han centrado principalmente en la cantidad total de ingesta de proteínas, nuestro estudio analiza qué fuentes proteicas son más saludables”, explica Mingyang Song, investigador en el Hospital General de Massachusetts.

   Investigadores del Hospital General de Massachusetts y de la Escuela de Medicina de Harvard, en Estados Unidos, han utilizado datos de dos grandes estudios dietéticos estadounidenses que llevan hasta 32 años analizando las costumbres alimentarias de la población. Los resultados mostraron que los 131.342 participantes ingerían de media en sus dietas un 14% de proteína animal frente a un 4% de proteína vegetal.

   Según la investigación, un incremento del 10% en la ingesta de proteínas animales aumenta un 8% el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares y un 2% por el resto de causas. Por el contrario, aumentar un 3% el consumo de proteínas vegetales disminuye un 12% las posibilidades de morir por un problema cardiovascular.

Mejor pescado que carne roja

   Esta asociación entre proteína animal y riesgo de mortalidad solo se aplica a los participantes con al menos un factor asociado a estilos de vida poco saludables: bajo peso o sobrepeso; consumo excesivo de alcohol, tabaquismo o sedentarismo. De hecho, la asociación desapareció en los participantes con un estilo de vida saludable.

   De todos los alimentos con proteínas animales, las carnes rojas procesadas y no procesadas –que incluyen tanto la carne de vacuno como los productos del cerdo– son las más dañinas.  

   La sustitución del 3% de las proteínas animales por calorías de proteína vegetal se relaciona con un menor riesgo de muerte por todas las causas. Las probabilidades disminuyen un 34% con la sustitución de la carne roja procesada, un 12% con la carne roja no procesada y un 19% con el reemplazo de los huevos.

   "La gente debe considerar comer más proteínas vegetales que proteínas de origen animal, y entre las animales, las de pescado y pollo son probablemente la mejor opción”, afirma Song. Según los investigadores, el estudio ayuda a que las recomendaciones en salud pública se centren ahora en difundir las fuentes de proteínas más saludables.