Estas nanopartículas son absorbidas por las células del
intestino donde se producen estas patologías, reparándolas e impulsando la
proliferación de nuevas células que revisten al colon.
Investigadores del Atlanta Veterans Affairs Medical
Center, Estados Unidos, han conseguido obtener nanopartículas (de unos 230
nanómetros de diámetro) de la raíz del jengibre que podrían ayudar a curar la
enfermedad inflamatoria intestinal, así como a combatir el cáncer relacionado
con la colitis ulcerosa.
En el trabajo, publicado en Biomaterials, los científicos
comprobaron que estas nanopartículas son absorbidas por las células del
intestino donde se producen estas patologías, reparándolas e impulsando la
proliferación de nuevas células que revisten al colon. Además, ayudan a bajar la
producción de proteínas que promueven la inflamación, aumentando las que
combaten el proceso inflamatorio.
"Parte del efecto terapéutico proviene de los altos niveles de moléculas de
grasa en las partículas, como consecuencia de los lípidos naturales de la planta
de jengibre. Uno de los lípidos es el ácido fosfatídico, un importante bloque de
construcción de las membranas celulares. Asimismo, las partículas también
retienen los componentes activos que se encuentran de forma natural en el
jengibre, tales como 6-gingerol y 6-shogaol", han explicado los científicos.
Ahora bien, la idea de luchar contra la enfermedad inflamatoria intestinal a
través de nanopartículas no es algo nuevo, puesto que en los últimos años
diversos expertos ya han explorado cómo se pueden administrar medicamentos
convencionales a través de la nanotecnología.
Un enfoque que puede permitir que las dosis de fármacos se entreguen
únicamente cuando sean necesarias, evitando así efectos sistémicos no deseados.
"La ventaja del jengibre es que no es tóxico, por lo que podría representar una
fuente muy rentable para la medicina", han zanjado los científicos.