Varios estudios muestran que este tipo de sustancias, además
de favorecer el control del peso, no sobreestimula los receptores del gusto ni
provoca sensación de hambre.
La evidencia científica ha mostrado que los edulcorantes bajos en calorías
son una opción dietética adecuada como apoyo en el manejo de enfermedades como
la obesidad o la diabetes mellitus. El dato se ha puesto de manifiesto durante
el simposio 'Efectividad y seguridad de los edulcorantes bajos o sin calorías',
organizado por la Fundación para la Investigación Nutricional (FIN) y la
Asociación Internacional de Edulcorantes (ISA), y que ha tenido lugar en el
marco el III Congreso Mundial de Nutrición y Salud Pública que se celebra en Las
Palmas de Gran Canaria.
Según explicó en su ponencia el Prof. Dr. Adam
Drewnowski, del Centro para la Nutrición y la Salud Pública de la Universidad de
Washington, en Seattle, “la incorporación a las dietas de edulcorantes bajos o
sin calorías ayudan en el control del peso. Además, varios estudios de
laboratorio han mostrado de manera consistente que este tipo de edulcorantes no
sobre-estimulan los receptores del gusto, no provocan hambre y no causan que se
coma en exceso posteriormente”.
“Aunque no se ha conseguido demostrar la
causalidad, el análisis de datos de estudios observacionales e intervenciones
clínicas a gran escala hechas en Estados Unidos, ha permitido identificar
algunas tendencias socioeconómicas ligadas al consumo de bebidas con
edulcorantes bajos o sin calorías”, apuntó el Dr. Drewnowski.
De manera
general, y según las conclusiones de estos estudios observacionales, el perfil
de personas que consume alimentos y bebidas que contienen edulcorantes bajos o
sin calorías suele tener alta formación académica. Además, el Dr. Drewnowski
indica que, “es común que tengan un estilo de vida saludable, con hábitos
alimentarios y de actividad física adecuados”.
Tal y como señala el Prof.
Dr. Arturo Anadón, perteneciente al departamento de Toxicología y Farmacología
de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense, “a día de hoy todos
estos edulcorantes bajos o sin calorías son evaluados y aprobados por la
Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA). Los compuestos que los
conforman se encuentran de forma natural en otro tipo de alimentos como
vegetales y frutas, y se ha demostrado que su uso dentro de las cantidades
diarias recomendadas no supone ningún riesgo para el desarrollo de
enfermedades”.
Evidencia científica demostrada sobre
seguridad
Por otro lado, además de contribuir a la reducción y
mantenimiento de un peso adecuado, así como de servir de apoyo en el manejo de
algunas patologías como la diabetes mellitus, son varios los estudios que
muestran que no existe ninguna asociación entre el consumo de edulcorantes bajos
o sin calorías y el incremento del riesgo de padecer dolencias no transmisibles
como el cáncer.
Tal y como subraya en su conferencia el Prof. Dr. Carlo
la Vecchia, del Departamento de Epidemiología en el Instituto de Investigación
Farmacológica ‘Mario Negri’, en Milán, “varios estudios llevados a cabo en
Italia durante los últimos años, en los que se han comparado pacientes con
diferentes tipos de cáncer con pacientes sanos, han mostrado que existe
evidencia epidemiológica suficiente para refutar cualquier asociación entre el
consumo de sacarina, aspartamo u otros edulcorantes y el riesgo de sufrir las
neoplasias más comunes”.
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