lunes, 5 de mayo de 2014

El consumo de fibra tras un infarto reduce el riesgo de muerte en un 25%.

Una investigación estadounidense muestra que, por cada aumento de 10 gramos diarios de ingesta de fibra, desciende en un 15% el riesgo de fallecer durante los 9 años siguientes al infarto.

   Las personas que sobreviven a los infartos de miocardio tienen una mayor probabilidad de vivir más tiempo si aumentan la ingesta dietética de fibra, tal como recoge una investigación publicada en el British Medical Journal. Según este trabajo, los individuos que comen más fibra tienen una probabilidad un 25% menor de morir en los 9 años siguientes al ataque frente a los que toman menos fibra. Cada aumento de 10 gramos diarios de ingesta de fibra se asocia con un riesgo un 15% menor de morir durante dicho periodo.






   El equipo de investigación, con sede en Boston, Estados Unidos, analizó dos grandes estudios en Estados Unidos, el 'Estudio de Salud de las Enfermeras', que incluye datos de 121.700 mujeres, y el 'Estudio de Seguimiento de los Profesionales de la Salud', que incluye datos de 51.529 hombres. En ambos estudios, los participantes respondieron, cada dos años, a cuestionarios sobre hábitos.

   Los científicos analizaron a 2.258 mujeres y 1.840 hombres que sobrevivieron a un primer infarto de miocardio. Los participantes fueron seguidos durante los 9 años siguientes al ataque como promedio, durante los cuales murieron 682 mujeres y 451 hombres murieron.

   Los participantes se dividieron en cinco grupos (quintiles) de acuerdo con la cantidad de fibra que comían tras el infarto. Los individuos del quintil superior (los que comían más fibra) presentaron un 25% menos de riesgo de morir por cualquier causa durante los 9 años siguientes al ataque frente a los individuos del quintil más bajo.



British Medical Journal (2014); doi:10.1136/bmj.g2659

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