miércoles, 21 de enero de 2015

Consumir cereales integrales reduce las muertes causadas por enfermedades cardíacas.

Un estudio demuestra que por cada 28 gramos ingeridos de estos alimentos, la tasa de mortalidad total desciende en un 5% y la cardiovascular, en un 9%.


   Un estudio realizado por investigadores de la Harvard School of Public Health y cuyos resultados se han publicado en JAMA Internal Medicine ha puesto de manifiesto que la ingesta de cereales integrales propicia una reducción de la mortalidad cardiovascular

   Para ello, los científicos han analizado los datos procedentes de dos estudios de seguimiento prospectivo a largo plazo realizados sobre una muestra de pacientes libres de enfermedad cardiovascular y de cáncer, el Nurses Helath Study, elaborado sobre 74.341 mujeres (1984-2010), y el Health Professionals Follow-Up Study, realizado en 43.744 hombres (1986-2010). En ambos estudios, se preguntó a los pacientes por su frecuencia de consumo de cereales integrales mediante cuestionarios que se les iba realizando cada 2 o 4 años.

   En concreto, el estudio publicado ahora evidencia que por cada 28 gramos de cereales integrales ingeridos se reduce en un 5% el riesgo de muerte prematura y en un 9% el riesgo de muerte por causa cardíaca. “Así, cuantos más cereales integrales consumamos más estaremos disminuyendo el riesgo de mortalidad cardiovascular”, recalca la Dra. María Elisa Calle Purón, coordinadora del Comité Científico del Programa Alimentación y Salud de la FEC (PASFEC) y profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.

   La Dra. Calle Purón destaca, asimismo, que el estudio “se ha realizado sobre una cohorte de seguimiento bien controlada en la que, después de haber ajustado los datos a otras variables que podrían afectar al riesgo de muerte de la persona, como son la edad, el índice de masa corporal o el tabaquismo, se ha observado que el consumo de cereales integrales sigue asociándose a una reducción de la mortalidad global y de la mortalidad por causa cardiovascular”.

El beneficio se atribuye a la fibra 

   Los cereales integrales al no haber sido sometidos a un proceso de refinamiento conservan todas las partes que conforman el grano del cereal: el salvado, la cáscara externa que protege la semilla; el germen, embrión que hay dentro de la semilla; y el endospermo, que constituye la parte más abundante del grano del cereal y la principal fuente de alimentación cuando la planta empieza a nacer del germen.

   Los cereales no refinados poseen mayor número de nutrientes (vitaminas y minerales) y proporcionan una de las mayores fuentes de fibra que tenemos, esta es la razón por la cual son tan saludables, ya que la fibra ayuda a ralentizar la digestión y previene los aumentos peligrosos de los niveles de azúcar en sangre. 

   “Los cereales integrales, al tener tanta fibra, ralentizan y disminuyen la absorción tanto de colesterol como del azúcar. De esta forma, contribuyen a disminuir el riesgo de diabetes en la edad adulta y también ayudan a disminuir los niveles de colesterol total”, explica la especialista.

   La FEC recomienda seguir las indicaciones de las guías de dietética y nutrición y consumir diariamente al menos cuatro raciones (200 gr.) de cereales al día y que al menos una ración (50gr.) sea de cereales integrales, “lo que viene a ser una rebanada de pan de molde, media barrita de pan u ocho galletas; eso sí, integrales”, concluye la experta.





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