La Organización Mundial de la Salud presenta un plan contra
los fallecimientos prematuros por patologías no transmisibles.
Alrededor de 16 millones de personas mueren
cada año de forma prematura –antes de cumplir 70 años– por enfermedades
cardíacas y pulmonares, accidentes cerebrovasculares, cáncer o diabetes. El
informe de la situación mundial de las enfermedades no transmisibles de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que es necesaria una acción
urgente de los gobiernos para cumplir los objetivos globales y reducir la
mortalidad por enfermedades no transmisibles (ENT).
“Con menos de un euro por persona al año, los
países pueden reducir drásticamente la enfermedad y muerte por ENT", asegura
Margaret Chan, directora general de la OMS. "La comunidad mundial tiene la
oportunidad de cambiar el curso de la epidemia de enfermedades no
transmisibles", añade. El objetivo de la organización es reducir las muertes
prematuras por esta causa en un 25% para 2025. El informe asevera, asimismo, que
la mayoría de las muertes prematuras por ENT se pueden prevenir.
La institución asegura que de los 38 millones
de vidas perdidas por esta causa en 2012, el 42% podrían haberse evitado con
asistencia sanitaria universal o mediante políticas gubernamentales enfocadas a
reducir el consumo de alcohol y de tabaco y a evitar las dietas no saludables y
la inactividad física. “En Brasil la tasa de mortalidad por ENT está cayendo un
1,8% por año, debido a la expansión de la atención primaria de salud”, indica el
informe.
Buenas prácticas
La OMS pide que se lleven a cabo más medidas
para frenar la epidemia, especialmente en los países con rentas medias y bajas
donde las muertes por ENT están superando las de las enfermedades infecciosas.
“Casi tres cuartas partes de todas las muertes por enfermedades no transmisibles
–28 millones– y el 82% de las muertes prematuras se producen en países de
ingresos bajos y medianos”.
Las acciones recomendadas a los gobiernos
incluyen prohibir la publicidad del tabaco y el alcohol, la sustitución de
grasas trans por grasas poliinsaturadas, la promoción de la lactancia materna,
la prevención del cáncer de cuello de útero mediante cribado o la implementación
de programas de sensibilización pública sobre la dieta y la actividad física.
Según la organización, muchos países ya han tenido éxito con estas
intervenciones para cumplir los objetivos globales.
“Turquía aumentó el tamaño de las advertencias
en las cajetillas de tabaco hasta cubrir el 65% de la superficie y sus impuestos
subieron hasta el 80% del precio total. Además prohibió totalmente la
publicidad, promoción y patrocinio a nivel nacional de este producto. Como
resultado, la tasa de tabaquismo descendió en un 13,4%” asegura la OMS.
Por su parte, Hungría aprobó una ley para
gravar los componentes de alimentos y bebidas con un alto riesgo para la salud,
como el azúcar, la sal y la cafeína y consiguió un descenso medio de consumo de
un 25-30%.
Argentina, Brasil, Chile, Canadá, México y los
EE UU han promovido la reducción de sal en los alimentos envasados y pan y
Argentina ya ha logrado una reducción del 25% en el contenido de sal en el
pan.
Del compromiso a la acción
Pero para la OMS estos esfuerzos no son
suficientes, y lamenta que a final del año 2013 solo 70 países tuvieran en
marcha algún plan nacional para reducir el riesgo de muerte por ENT –la mayoría
de ellos, contra el tabaquismo–.
La organización recuerda que el riesgo de
muerte prematura no solo afecta al individuo sino a la salud del país, sobre
todo si se encuentra en vías de desarrollo, ya que reduce la productividad “y el
coste de los tratamientos puede ser devastador para una economía débil”. La
institución estima los gastos provocados por las ENT en países de rentas bajas y
medias en unos 6.000 millones de euros.
Por último, la OMS recomienda a todos los
países que pasen del compromiso a la acción, estableciendo objetivos nacionales
y aplicando las medidas necesarias a partir de este año.
►OMS
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