jueves, 24 de septiembre de 2015

Una cepa de bifidobacterias induce una respuesta antiinflamatoria en células intestinales.

Se trata de la 'B. animalis subsp. lactis', la más utilizada en el campo de los lácteos con probióticos, y que produce un polisacárido que protege frente a los ácidos estomacales y las altas concentraciones de sales biliares del duodeno.


   Un estudio internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha concluido que una cepa de bifidobacterias utilizada en lácteos con probióticos induce una respuesta antiinflamatoria en células intestinales que podría aliviar algunas patologías que afectan al intestino.

   La bifidobacteria utilizada, conocida como 'B. animalis subsp. lactis', es la más utilizada en el campo de los alimentos funcionales lácteos con probióticos y, según se ha visto, produce un polisacárido de gran tamaño que protege frente a los ácidos estomacales y las altas concentraciones de sales biliares del duodeno. El hallazgo aparece publicado en la revista Applied and Enviromental Microbiology.

   "Utilizando herramientas genéticas, hemos visto que cepas de 'B. animalis' son capaces de producir exopolisacáridos capaces de atenuar la respuesta inmune de distintas células humanas", ha explicado Patricia Ruas-Madiedo, investigadora del CISC en el Instituto de Productos Lácteos de Asturias.

   Los resultados aún están en fase 'in vitro', pero en un futuro podrían aplicarse al desarrollo de alimentos funcionales y suplementos alimentarios que ayuden al tratamiento de enfermedades intestinales. No obstante, "en ningún caso el alimento funcional sustituiría al tratamiento con medicamentos, pero podría ayudar a disminuir la inflamación", defiende la autora.

   Los exopolisacáridos son polímeros de carbohidratos que están presentes en algunas bacterias. Confieren protección frente a condiciones adversas y pueden favorecer la colonización por parte de esas bacterias de su hábitat natural.

   Estos polímeros protegen, asimismo, frente al ácido del estómago y las altas concentraciones de sales biliares presentes en el duodeno y facilitan que las bifidobacterias perduren en el intestino grueso.

   Estudios previos sugerían que esta bifidobacteria se puede incluir de forma satisfactoria en productos lácteos fermentados puesto que se mantiene viable y, además, las cepas productoras de exopolisacáridos confieren propiedades sensoriales adecuadas en los alimentos.

   Por ello, "el siguiente paso en nuestra investigación es la realización de estudios experimentales in vivo que permitan demostrar la eficacia de estas cepas para aliviar los síntomas de la inflamación intestinal", añade Ruas-Madiedo.









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