Un estudio revela que las personas que basan su alimentación
en estos productos tienen una presión arterial sistólica 6 mmHg inferior y una
diastólica 3,5 mmHg inferior a quienes consumen habitualmente carne.
Un estudio publicado en Journal of the American Medical Association
(JAMA) ha revelado que la dieta vegetariana se asocia a una disminución de
los niveles de presión arterial. Los autores revisaron un total de 32 estudios
que incluían datos de cerca de 22.000 personas y concluyeron que las personas
que seguían una dieta vegetariana tenían una presión arterial sistólica 7 mmHg
inferior a los consumidores habituales de carne y una presión diastólica unos 5
mmHg más baja. Los datos extraídos de los ensayos clínicos sugerían que la
reducción era de 5 mmHg y 2mmHg, respectivamente. En cualquier caso, se demostró
que una dieta basada en productos vegetales reduce la hipertensión.
A este respecto, el Dr. Pedro Betancor, director del comité científico del
Programa de Alimentación y Salud de la Fundación Española del Corazón (PASFEC),
afirma: "La dieta basada en productos vegetales no sólo disminuye los niveles de
tensión arterial, sino que también ayuda a reducir el colesterol (ya que se
consume un menor número de calorías), la aparición de diabetes, la obesidad y,
por consiguiente, el riesgo cardiovascular total. Así, las personas que basan su
alimentación en productos vegetales podrían beneficiarse de una reducción de
entre el 20 y el 30% de padecer enfermedades cardiovasculares”.
El Dr. Betancor añade:“Los productos vegetales frescos suelen contener menor
cantidad de sodio y una mayor cantidad de potasio. Del mismo modo, también son
bajos en grasas saturadas. El aumento de la ingesta de potasio o de calcio en
relación al sodio disminuye la tensión arterial. A mayor cantidad de sodio, es
decir, a mayor cantidad de sal, se observan unos niveles de tensión arterial más
elevados. Si, por el contrario invertimos la proporción e incrementamos el
consumo de potasio, magnesio o calcio disminuyen los niveles de tensión
arterial”. Y matiza: “Estas características se refieren a los productos
vegetales frescos y no a los precocinados, los cuales se consumen con mucha
frecuencia y algunos de los cuales contienen mucha sal”.
Los
beneficios de la dieta mediterránea
No obstante, y a pesar de los beneficios de la dieta vegetariana, el Dr.
Betancor advierte de que “no hay que llegar a la creencia de que para reducir el
riesgo cardiovascular hay que ser vegetariano. La dieta mediterránea, que
incluye el consumo de carne y pescado, ha demostrado que reduce sustancialmente
el riesgo cardiovascular total (reduce el colesterol, la diabetes, los infartos
y el ictus) y, en cambio, es una dieta que se caracteriza por su variedad. Lo
ideal es mantener una dieta equilibrada en la que, obviamente, se puede incluir
el consumo de carne, pero eso sí, en cantidades moderadas”.
Según la FEC, además hay que mantener el peso, realizar actividad física
diaria, disminuir la cantidad de sal que consumimos, moderar el consumo de
alcohol y no fumar.
¿Consumimos demasiada carne?
Según la FEC, sí y, especialmente, consumimos gran cantidad de carne roja.
“Esto ocurre por diferentes motivos: la carne es más barata, se aprovecha más,
está más disponible y suele ser más sabrosa que el pescado a causa de su alto
contenido graso. Todo ello hace que la sociedad occidental sea un gran
consumidor de carne”, señala el Dr. Betancor.
Este experto apunta, asimismo, que “en el momento de escoger, es más
recomendable consumir carne blanca, que incluye el conejo, el pollo y el pavo,
ya que tiene muy poca cantidad de grasa pero los mismos componentes
nutricionales que la carne roja. Por otra parte, el consumo de pescado dos veces
por semana también disminuye el riesgo cardiovascular”.
Los
riesgos de la dieta vegana
Existen distintos tipos de dietas vegetarianas: todas ellas se basan en el
consumo de vegetales pero existen algunas que admiten el consumo de pescado o
marisco, otras incluyen la ingesta de huevos y lácteos (los
ovolácteovegetarianos) y otras, como el vegetarianismo estricto, que únicamente
permiten el consumo de vegetales eliminando cualquier alimento de origen animal
(no incluyen el consumo de leche, derivados lácteos, huevos o miel).
Según la FEC, las personas que siguen esta última dieta, conocida como dieta
vegana, deben tener en cuenta algunas recomendaciones para mantener un buen
estado de salud. El Dr. Betancor explica que, “es muy importante que las
personas que únicamente consumen vegetales mezclen los alimentos de manera
adecuada ya que, en caso contrario, pueden tener déficit proteico. De los 21
aminoácidos esenciales, hay 9 que el organismo no puede producir por si solo y
hay que subministrarlos con la dieta. La clara de huevo, la leche, las carnes o
los pescados tienen todos los aminoácidos esenciales pero los vegetales no.
Entre ellos, las legumbre son los que contienen más proteínas (un 20% de su
contenido) y aportan gran parte de los aminoácidos que nos faltan, aún así no
los aportan todos. Es por ello que es imprescindible que la dieta vegana incluya
la combinación de legumbre con cereales ya que conjuntamente aportan al
organismo los aminoácidos que faltan. Además, cabe destacar que las personas que
siguen una dieta vegana deben tomar suplementos de vitamina B12 ya que esta no
existe habitualmente en los vegetales”.
JAMA (2014); doi:10.1001/jamainternmed.2013.14547