lunes, 30 de junio de 2014

Las dietas basadas en vegetales disminuyen la presión arterial.

Un estudio revela que las personas que basan su alimentación en estos productos tienen una presión arterial sistólica 6 mmHg inferior y una diastólica 3,5 mmHg inferior a quienes consumen habitualmente carne.


   Un estudio publicado en Journal of the American Medical Association (JAMA) ha revelado que la dieta vegetariana se asocia a una disminución de los niveles de presión arterial. Los autores revisaron un total de 32 estudios que incluían datos de cerca de 22.000 personas y concluyeron que las personas que seguían una dieta vegetariana tenían una presión arterial sistólica 7 mmHg inferior a los consumidores habituales de carne y una presión diastólica unos 5 mmHg más baja. Los datos extraídos de los ensayos clínicos sugerían que la reducción era de 5 mmHg y 2mmHg, respectivamente. En cualquier caso, se demostró que una dieta basada en productos vegetales reduce la hipertensión.
   A este respecto, el Dr. Pedro Betancor, director del comité científico del Programa de Alimentación y Salud de la Fundación Española del Corazón (PASFEC), afirma: "La dieta basada en productos vegetales no sólo disminuye los niveles de tensión arterial, sino que también ayuda a reducir el colesterol (ya que se consume un menor número de calorías), la aparición de diabetes, la obesidad y, por consiguiente, el riesgo cardiovascular total. Así, las personas que basan su alimentación en productos vegetales podrían beneficiarse de una reducción de entre el 20 y el 30% de padecer enfermedades cardiovasculares”.

   El Dr. Betancor añade:“Los productos vegetales frescos suelen contener menor cantidad de sodio y una mayor cantidad de potasio. Del mismo modo, también son bajos en grasas saturadas. El aumento de la ingesta de potasio o de calcio en relación al sodio disminuye la tensión arterial. A mayor cantidad de sodio, es decir, a mayor cantidad de sal, se observan unos niveles de tensión arterial más elevados. Si, por el contrario invertimos la proporción e incrementamos el consumo de potasio, magnesio o calcio disminuyen los niveles de tensión arterial”. Y matiza: “Estas características se refieren a los productos vegetales frescos y no a los precocinados, los cuales se consumen con mucha frecuencia y algunos de los cuales contienen mucha sal”.


Los beneficios de la dieta mediterránea


   No obstante, y a pesar de los beneficios de la dieta vegetariana, el Dr. Betancor advierte de que “no hay que llegar a la creencia de que para reducir el riesgo cardiovascular hay que ser vegetariano. La dieta mediterránea, que incluye el consumo de carne y pescado, ha demostrado que reduce sustancialmente el riesgo cardiovascular total (reduce el colesterol, la diabetes, los infartos y el ictus) y, en cambio, es una dieta que se caracteriza por su variedad. Lo ideal es mantener una dieta equilibrada en la que, obviamente, se puede incluir el consumo de carne, pero eso sí, en cantidades moderadas”.

   Según la FEC, además hay que mantener el peso, realizar actividad física diaria, disminuir la cantidad de sal que consumimos, moderar el consumo de alcohol y no fumar. 


¿Consumimos demasiada carne?


   Según la FEC, sí y, especialmente, consumimos gran cantidad de carne roja. “Esto ocurre por diferentes motivos: la carne es más barata, se aprovecha más, está más disponible y suele ser más sabrosa que el pescado a causa de su alto contenido graso. Todo ello hace que la sociedad occidental sea un gran consumidor de carne”, señala el Dr. Betancor.

   Este experto apunta, asimismo, que “en el momento de escoger, es más recomendable consumir carne blanca, que incluye el conejo, el pollo y el pavo, ya que tiene muy poca cantidad de grasa pero los mismos componentes nutricionales que la carne roja. Por otra parte, el consumo de pescado dos veces por semana también disminuye el riesgo cardiovascular”. 


Los riesgos de la dieta vegana


   Existen distintos tipos de dietas vegetarianas: todas ellas se basan en el consumo de vegetales pero existen algunas que admiten el consumo de pescado o marisco, otras incluyen la ingesta de huevos y lácteos (los ovolácteovegetarianos) y otras, como el vegetarianismo estricto, que únicamente permiten el consumo de vegetales eliminando cualquier alimento de origen animal (no incluyen el consumo de leche, derivados lácteos, huevos o miel).
  Según la FEC, las personas que siguen esta última dieta, conocida como dieta vegana, deben tener en cuenta algunas recomendaciones para mantener un buen estado de salud. El Dr. Betancor explica que, “es muy importante que las personas que únicamente consumen vegetales mezclen los alimentos de manera adecuada ya que, en caso contrario, pueden tener déficit proteico. De los 21 aminoácidos esenciales, hay 9 que el organismo no puede producir por si solo y hay que subministrarlos con la dieta. La clara de huevo, la leche, las carnes o los pescados tienen todos los aminoácidos esenciales pero los vegetales no. Entre ellos, las legumbre son los que contienen más proteínas (un 20% de su contenido) y aportan gran parte de los aminoácidos que nos faltan, aún así no los aportan todos. Es por ello que es imprescindible que la dieta vegana incluya la combinación de legumbre con cereales ya que conjuntamente aportan al organismo los aminoácidos que faltan. Además, cabe destacar que las personas que siguen una dieta vegana deben tomar suplementos de vitamina B12 ya que esta no existe habitualmente en los vegetales”.



JAMA (2014); doi:10.1001/jamainternmed.2013.14547







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