jueves, 28 de agosto de 2014

Científicos identifican bacterias intestinales que protegen contra alergias de carácter alimentario.


Bacterias intestinales comunes conocidas como clostridios previenen la sensibilización a alérgenos en un modelo de ratón con alergia al cacahuete, allanando el camino para tratamientos probióticos destinados a tratar las alergias alimentarias, según revela una nueva investigación, cuyos resultados se publican en Proceedings of the National Academy of Sciences.

   Mediante la inducción de respuestas inmunes que impiden que los alérgenos de alimentos entren en el torrente sanguíneo, los clostridios minimizan la exposición a los alérgenos y evitan la sensibilización, un paso clave en el desarrollo de alergias a los alimentos, como han descubierto los autores de este estudio, investigadores de la Universidad de Chicago, en Estados Unidos.

   Aunque se desconocen las causas de la alergia a los alimentos, una respuesta inmune a veces mortal a ciertos alimentos, los estudios han dado a entender que las prácticas de higiene modernas o dietéticas pueden jugar un papel al alterar la composición bacteriana natural del cuerpo. En los últimos años, las tasas de alergia a alimentos en los niños han crecido considerablemente, incrementándose un 50 por ciento entre 1997 y 2011, y los estudios han demostrado una correlación con el uso de antibióticos y antimicrobianos.

   "Los estímulos ambientales, tales como el uso excesivo de antibióticos, las dietas altas en grasa, el parto por cesárea, la eliminación de los patógenos comunes e, incluso, la alimentación con leche de fórmula han afectado a la microbiota con la que hemos coevolucionado", describe el autor principal del estudio, Cathryn Nagler, profesor de alergia alimentaria en la Universidad de Chicago. "Nuestros resultados sugieren que esto podría contribuir al aumento de las alergias a los alimentos", añade.

   Para probar cómo las bacterias intestinales afectan a las alergias alimentarias, Nagler y su equipo investigaron la respuesta a los alérgenos alimentarios en los ratones. Para ello, expusieron ratones libres de gérmenes (nacidos y criados en condiciones estériles sin microorganismos residentes) y roedores tratados con antibióticos (que reducen significativamente las bacterias intestinales) a alérgenos del cacahuete.

  Ambos grupos de ratones mostraron una fuerte respuesta inmunológica, produciendo niveles significativamente más altos de anticuerpos contra los alérgenos del cacahuete que los ratones con las bacterias normales del intestino. La sensibilización a los alérgenos de los alimentos podría invertirse mediante la reintroducción de una mezcla de bacterias 'Clostridium' de nuevo en los ratones.

   Sin embargo, la reintroducción de otro grupo importante de bacterias intestinales, 'Bacteroides', no alivió la sensibilización a los alérgenos, lo que indica que las bacterias clostridios tienen un papel único de protección contra los alérgenos alimentarios.

   Para identificar este mecanismo de protección, Nagler y su equipo estudiaron las respuestas inmunes celulares y moleculares a las bacterias en el intestino. El análisis genético reveló que 'Clostridia' hace que las células inmunes innatas produzcan altos niveles de interleucina-22 (IL-22), una molécula de señalización conocida por disminuir la permeabilidad de la mucosa intestinal.

   A los ratones tratados con antibióticos se les dio IL-22 o fueron colonizados con clostridios. Cuando se les expone a los alérgenos del cacahuete, los ratones en ambas condiciones mostraron una reducción de los niveles de alérgenos en la sangre, en comparación con los controles, pero los niveles de alérgenos aumentaron significativamente después de que los ratones recibieron anticuerpos que neutralizan IL-22, lo que indica que 'Clostridia' inducida por IL-22 impide que los alérgenos entren en el torrente sanguíneo.

   "Hemos identificado una población bacteriana que protege contra la sensibilización a los alérgenos de alimentos --subraya Nagler---. El primer paso para sensibilizar a un alérgeno alimentario es que llegue a la sangre y se presente a su sistema inmunológico. La presencia de estas bacterias regula ese proceso".


Nuevo paradigma de prevención


   Aunque factores complejos y en gran medida indeterminados como la genética afectan al hecho de que las personas desarrollen alergias a los alimentos y cómo se manifiestan, la identificación de una respuesta de barrera protectora inducida por bacterias representa un nuevo paradigma para la prevención de la sensibilización a la alimentación.

   Las bacterias 'Clostridium' son comunes en los seres humanos y representan un objetivo claro para posibles terapias que previenen o tratan las alergias alimentarias. Nagler y su equipo están trabajando para desarrollar y diseñar ensayos que se podrían utilizar para la terapia probiótica y han presentado una patente provisional.

   "Es emocionante porque sabemos cuáles son las bacterias y tenemos una manera de intervenir", afirma Nagler. "Por supuesto, no hay garantías, pero es absolutamente comprobable como agente terapéutico contra una enfermedad para la cual no hay nada. Como madre, me puedo imaginar lo aterrador que debe de ser tener que preocuparse cada vez que su hijo toma un bocado de comida", señala esta investigadora.

   "Las alergias alimentarias afectan a 15 millones de estadounidenses, entre ellos uno de cada 13 niños que viven con esta enfermedad potencialmente mortal que en la actualidad no tiene cura", detalla Mary Jane Marchisotto, vicepresidenta senior de investigación y educación en alergia alimentaria. "Hemos estado encantados de apoyar la investigación que se ha llevado a cabo por la doctora Nagler y sus colegas en la Universidad de Chicago", concluye.



Proceedings of the National Academy of Sciences (2014); doi: 10.1073/pnas.1412008111






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