miércoles, 26 de marzo de 2014

La genética podrá predecir la eficacia de ciertas dietas en la prevención de enfermedades.

Expertos señalan que el uso de componentes capaces de causar cambios epigenéticos puede determinar no sólo la salud de las personas, sino también las posibilidades de desarrollar enfermedades crónicas en etapas posteriores de la vida.


   El director del laboratorio de Nutrición y Genómica del USDA-Human Nutrition Research Center on Aging de la Universidad de Tufts en Estados Unidos, José María Ordovás, ha asegurado que la genética podrá predecir la eficacia individual de ciertas dietas sobre la prevención de enfermedades, tal y como han mostrado diversos estudios como, por ejemplo, 'PREDIMED'.

   Ordovás se ha pronunciado así en las XVIII Jornadas de Nutrición Práctica y el IX Congreso Internacional de Nutrición, Alimentación y Dietética. En su intervención, el experto ha recordado que la existencia de interacciones gen-dieta ha sido demostrada en relación a varios factores de riesgo cardiovascular, tales como los niveles plasmáticos de lipoproteínas, el índice de masa corporal y, de manera más inclusiva, el riesgo de síndrome metabólico.

   "Sin embargo", ha admitido, "los estudios llevados a cabo hasta ahora han sido, por lo general, limitados en términos de poder estadísticos, reproducibilidad y utilidad clínica lo que ha llevado a ver el vaso de la nutrición personalizada como medio vacío. Más recientemente, la adopción de nuevos paradigmas de investigación, entre los que destacan la creación de grandes consorcios que proporcionan suficiente poder estadístico y validación de resultados, nos está llevando a construir sobre cimientos mucho más sólidos el conocimiento nutrigenético y por lo tanto, pensar en un vaso medio lleno".

   Por su parte, el doctor del Instituto de Investigación Vall d'Hebrón de Barcelona y responsable del 'Proyecto Europeo MetaHIT', Francisco Guarner, ha hecho hincapié en el papel de la microbiota intestinal en la regulación metabólica de la obesidad. De hecho, ha explicado este especialista, cada individuo alberga una media de 600.000 genes en el tracto gastrointestinal y 300.000 genes son comunes al 50% de los individuos. En este sentido, ha señalado, el ecosistema intestinal humano puede clasificarse en torno a tres grupos de acuerdo a la abundancia relativa de tres géneros: 'bacteroides', 'prevotella' y 'ruminococcu'.

   "En modelos genéticamente predispuestos a sufrir obesidad se ha descrito un descenso en la proporción de 'bacteroidetes' y un aumento en Firmicutes con respecto a ratones normales. Este desequilibrio se revierte al introducir una dieta hipocalórica a los ratones obesos, por tanto, la dieta y la obesidad parecen constituir factores moduladores de la composición de la fibra intestinal pero no necesariamente causales de un estado de la obesidad", ha concluido Guarner.



Los beneficios del yogur

   Por otro lado, la catedrática del Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, Rosa Mª Ortega, ha hablado sobre el consumo de yogur y los beneficios en caso de intolerancia a la lactosa. Los lácteos en general y el yogur en concreto son alimentos valiosos desde el punto de vista nutricional y su presencia en la dieta ayuda a cubrir las ingestas recomendadas en relación con diversos nutrientes, especialmente en relación con el calcio, vitamina B2, vitamina B12, niacina, yodo, zinc, potasio y magnesiom, ha señalado.

   "La situación respecto al consumo de lácteos es claramente mejorable, el consumo de yogur resulta muy bajo y un aumento en su consumo puede ser de ayuda en la mejora nutricional y sanitaria de la población. Los individuos intolerantes a la lactosa necesitan asesoramiento especial y en ellos el consumo de yogur tiene un interés y utilidad especial, dado que este alimento es mejor tolerado por tener menos lactosa en su composición pero sobre todo por la actividad lactásica que proporcionan las bacterias que vehiculiza el alimento, que se suma a la lactosa residual del individuo para ayudar en la digestión de la lactosa", ha explicado esta Ortega.

   Finalmente, la doctora de la Regulatory and Scientific Affairs Manager en SPRIM, Afrodita Bilioni, ha analizado los avances en epigenética y nutrición y ha asegurado que ya existe evidencia de que la nutrición, durante el periodo de gestación y en las primeras etapas de la vida, puede repercutir en el estado de salud muchos años después y la firma epigenética de cada organismo puede afectar a su futura respuesta a abordajes dietéticos.

   "El uso por tanto de componentes capaces de causar cambios epigenéticos puede determinar no sólo la salud actual de las personas, sino también las posibilidades de desarrollar enfermedades crónicas en etapas posteriores de la vida", ha zanjado.

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