Se trata de una prueba diagnóstica que mide la proporción de
estos ácidos grasos en el organismo, que indican la probabilidad de sufrir
enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.
LABCO Quality Diagnostics acaba de presentar el 'Índice omega-3', una prueba
diagnóstica en sangre que mide la presencia de estos ácidos grasos,
imprescindibles para la prevención de enfermedades cardiovasculares y
cerebrovasculares. Tal como asegura la Dra. Marta Carrera, responsable de
Medicina Preventiva Personalizada de LABCO España, “tener una herramienta
diagnóstica como esta nos permite detectar a tiempo la deficiencia en omega-3 y
corregir la desviación con un plan dietético adecuado, cuyos resultados podrán
irse midiendo con análisis periódicos hasta conseguir los índices de omega-3
óptimos”.
Los ácidos grasos son componentes estructurales de nuestras células y de
nuestro organismo. Hay algunos, como los omega-3, que son saludables y
necesarios para el organismo porque intervienen en el correcto funcionamiento
del cuerpo y evitan el desarrollo de enfermedades crónicas. Sin embargo, explica
la Dra. Carrera, en las últimas décadas se ha ido produciendo un cambio en los
hábitos alimentarios que ha provocado un aumento del aporte de hidratos de
carbono simples y de grasas saturadas y trans, así como una reducción en el
consumo de fibra y grasas saludables, como las omega-3. Este cambio alimenticio
ha traído consigo ciertos problemas de salud, puesto que “la deficiencia en
omega-3 significa un alto riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y
cerebrovasculares, así como enfermedades degenerativas cerebrales y
predisposición a la depresión, al trastorno de déficit de atención e
hiperactividad (TDAH) o a la muerte súbita”, ha alertado la Dra. Carrera.
- Índice entre 1 y 4: Riesgo muy aumentado de sufrir accidentes cardiovasculares y cerebrovasculares, de enfermedades degenerativas cerebrales y muy alta predisposición a la depresión, entre otras enfermedades.
- Índice entre 5 y 7: Riesgo significativamente aumentado de sufrir accidentes cardiovasculares y cerebrovasculares, de enfermedades degenerativas cerebrales ee importante predisposición a la depresión, entre otras enfermedades.
- Índice entre 7 y 8: Baja probabilidad de sufrir accidentes cardiovasculares y cerebrovasculares, de enfermedades degenerativas cerebrales y baja predisposición a la depresión, entre otras enfermedades.
- Índice superior a 8: Excelente resultado. Muy baja probabilidad de sufrir accidentes cardiovasculares y cerebrovasculares, de enfermedades degenerativas cerebrales y muy baja predisposición a la depresión, entre otras enfermedades.
Los análisis rutinarios de control de otros factores de riesgo para
enfermedades de este estilo, como el colesterol, están ampliamente extendidos.
Con todo, pese a tener una relevancia equivalente en nuestra salud, el control
de los niveles de omega-3 no se ha generalizado por desconocimiento y, también,
por falta de herramientas de medida a disposición del gran público. En este
sentido, el líder europeo en diagnóstico LABCO Quality Diagnostics ha apostado
por incorporar esta prueba que permitirá prevenir los riesgos asociados a la
deficiencia en ácidos grasos omega-3.
El test y la interpretación de los resultados
El índice omega-3 consiste en un análisis de sangre que evalúa la presencia
de dos de los principales ácidos grasos omega-3: el ácido eicosapentaenóico
(EPA) y el ácido docosahexaenóico (DHA). Los ácidos grasos omega 3 se encuentran
en alimentos como el pescado azul (salmón, arenque, sardina, anchoa, etc.), las
nueces y las semillas de lino, de calabaza o de chía, por ejemplo.
El índice calcula el porcentaje que estos dos ácidos grasos, EPA y DHA,
constituyen sobre el total de ácidos grasos presentes en la membrana de los
glóbulos rojos. Se considera que el valor aceptable está situado por encima del
7,5%, aunque los resultados del Índice omega-3 se clasifican en cuatro
categorías:
Si nuestro resultado se encuentra entre el índice 1 y el 7, deberíamos comer
más pescado azul, nueces, determinadas semillas vegetales (de lino, calabaza o
chía) o suplementos de aceite de pescado para recuperar y mantener un nivel
adecuado de omega-3 y evitar los riesgos asociados a un déficit de estos ácidos
grasos.
Una vez detectado el factor de riesgo es sencillo modificarlo, ya que si
cambiamos nuestros hábitos alimentarios, e introducimos estos elementos, los
niveles de omega-3 se normalizan de forma muy rápida y drástica. Por ejemplo,
unos niveles óptimos de omega-3 suponen una reducción del riesgo de muerte
súbita de hasta el 90%.
El test está indicado para toda la población en general, aunque se recomienda
en especial a la población de riesgo, es decir, aquellas personas que sufran
enfermedades cardiovasculares; enfermedades crónicas como el asma, alteraciones
metabólicas, de la inmunidad o inflamatorias; pacientes con bajo estado de ánimo
o depresión; niños con sospecha de TDAH; y durante el embarazo, para asegurar el
correcto aporte nutricional al feto.
Fundamentales en el embarazo y en el desarrollo cerebral
Un nivel óptimo de ácidos grasos Omega-3 es muy relevante no solamente para
la prevención de enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, pero también
para la mejora de los síntomas de enfermedades inflamatorias, depresión y
TDAH.
Por otro lado, los ácidos grasos Omega-3 también son fundamentales en el
desarrollo de la retina en el último trimestre del embarazo y en el desarrollo
del feto, disminuyen el índice de depresión postparto, intervienen en la
transmisión neuronal y el desarrollo cerebral y regulan la expresión de
determinados genes.
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