Plato estrella de la gastronomía manchega. Con innumerables recetas, una por cada hogar (como la paella), hoy reproducimos una de las que más me gustan. Le he puesto ese nombre a la receta porque figura así en el recetario de mi suegra, y así ha quedado para la posteridad.
En principio hay dos grandes maneras de preparar la caldereta. Dejando en adobo la carne con especias y vino y/o cerveza y luego cocerla, o friendo la carne y luego cociéndola.
Probándola de muchas formas al final me quedo con ésta. La carne queda sabrosa, tierna y con una salsa deliciosa, de toma pan y moja.
Ingredientes:
- Carne de cordero lechal, en trozos pequeños.
- Cebolla
- Ajo
- Laurel
- Guindilla
- Pimentón
- Sal
- Pimienta
- Aceite de oliva virgen extra
- Harina de trigo
- Vino blanco
- Vino de tonel (viejo) o brandy
Rehogamos una cebolla picada con un poco de sal. Cuando empieza a pocharse añadimos la carne de cordero. A fuego medio y con paciencia, dando vueltas a menudo, doramos la carne. A continuación salpimentamos y agregamos dos cucharadas de pimentón. Damos un par de vueltas y, haciendo un hueco en el centro de la sartén, incorporamos dos cucharadas de harina. Removemos bien para que se tueste un poco y vertemos medio vaso de vino viejo y uno de vino blanco. A fuego fuerte dejamos que evapore el alcohol un minuto y cubrimos de agua. Removemos bien, rectificamos de sal y añadimos dos hojas de laurel y dos guindillas. En este caso hemos puesto guindillas campana, que pica menos que la cayena y le da un toque frutal (a mí me lo parece) muy rico.
Dejamos una hora cociendo a fuego lento. Agregamos otro vaso de vino blanco y un poco de agua si hiciese falta. Dejamos otra hora haciendo chup-chup.
Dejamos reposar. Probadlo porque es más fácil de hacer de lo que parece y el resultado es asombroso. Si sobra para otro día (cosa rara) estará más bueno todavía (lo podemos acompañar de un poco de arroz blanco). Con un buen pan casero y compañía no hará falta más.
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