lunes, 27 de enero de 2014

Niveles altos de omega 3 contribuyen a preservar el volumen del cerebro en la vejez.

Según acredita un estudio estadounidense, las personas que tenían el doble de niveles de ácidos grasos (7,5 frente a 3,4) presentaban un volumen cerebral un 0,7 por ciento más grande.


   Las personas con niveles más altos de los ácidos grasos omega-3 podrían tener también volúmenes cerebrales más grandes en la vejez, lo que equivale a preservar entre uno y dos años de salud cerebral, según un estudio publicado en Neurology. La disminución del volumen cerebral es una señal de la enfermedad de Alzheimer, así como del envejecimiento normal.

   Para el trabajo, se analizaron los niveles de ácidos grasos omega-3 EPA + DHA en las células rojas de la sangre de 1.111 mujeres que formaron parte del 'Women's Health Initiative Memory Study'. Ocho años más tarde, cuando las mujeres tenían una edad media de 78 años, se tomaron imágenes por resonancia magnética para medir su volumen cerebral.

   Las personas con niveles más altos de omega-3 presentaban un volumen total del cerebro más grande ocho años después del inicio del estudio. Las que poseen el doble de niveles de ácidos grasos (7,5 frente a 3,4 por ciento) registraban un volumen cerebral un 0,7 por ciento más grande.

   "Estos niveles más altos de ácidos grasos se pueden lograr a través de la dieta y el uso de suplementos. Los resultados sugieren que el efecto sobre el volumen del cerebro es el equivalente a retrasar entre uno y dos años la pérdida normal de las células cerebrales que provoca el envejecimiento", resume el autor del estudio James V. Pottala, de la Universidad de Dakota del Sur en Sioux Falls, Estados Unidos, y el Laboratorio de Diagnóstico de Salud, en Richmond, Virginia, Estados Unidos.
 
   Las personas con niveles más altos de ácidos grasos omega-3 también tenían un volumen un 2,7 por ciento más grande en el área del hipocampo del cerebro, que desempeña un papel importante en la memoria. En la enfermedad de Alzheimer, el hipocampo comienza a atrofiarse, incluso antes de que aparezcan los síntomas.



Neurology (2014); doi: 10.1212/WNL.0b013e3182a9584c

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