La mayoría de las personas que deciden eliminar el pescado y la carne de su
dieta lo hacen por un motivo de conciencia. A partir de ahora, también podrían
añadir a su argumentario razones de salud, tal y como señala una reciente
investigación.
Según sus datos, publicados en la revista 'American Journal of Clinical
Investigation', seguir una dieta vegetariana reduce significativamente
las posibilidades de padecer un problema coronario.
Las razones de esta protección, según Francesca Crowe,
investigadora de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y principal firmante del
trabajo, radican en los niveles más bajos de colesterol y presión arterial que
presentan los individuos vegetarianos, que además, tienden a ser más delgados
que quienes sí comen animales. "Todos los indicadores apuntan a que, sin duda,
su dieta es más cardiosaludable", asegura a través del correo electrónico.
Su equipo realizó un seguimiento a casi 45.000 voluntarios de
Inglaterra y Escocia, 15.000 de los cuales no comían ni carne ni
pescado. Es llamativo que el 34% de la muestra fuera vegetariano, ya
que hasta la fecha, los estudios de este tipo contaban con una representación
mucho menor de esta opción alimenticia.
Entre otras variables, los investigadores valoraron a través de cuestionarios
el tipo de dieta que seguía cada individuo y si a lo largo del periodo estudiado
(el trabajo comenzó a mediados de los 90 y se prolongó hasta 2009) habían
padecido algún problema coronario.
Los resultados de su seguimiento pusieron de manifiesto que las posibilidades
de padecer un problema de corazón se reducía nada menos que un 32% en los
voluntarios que confesaban seguir una dieta mediterránea. Y la 'protección' se
mantenía después de tener en cuenta otras variables influyentes, como la edad,
el tabaquismo o la cantidad de ejercicio que realizaban.
El trabajo también sacó a la luz que quienes no comían animales vivos tenían
un menor riesgo de hospitalización y muerte por problemas de corazón que el
resto de la muestra.
"Los vegetarianos tenían un perfil lipídico mejor que el de los no
vegetarianos, probablemente debido a que en su dieta había un mayor ratio de
grasas poliinsaturadas frente a las grasas saturadas", explican los
investigadores en su trabajo. Por otro lado, las cifras de tensión arterial,
también eran significativamente más bajas, un dato que, en este caso estaría
mediado por "un menor índice de masa corporal", subrayan los científicos.
Los datos de este trabajo, continúa Crowe, no hacen más que confirmar el
importante papel que cumple la alimentación en la prevención de las
enfermedades del corazón. "Por tanto, hacer ciertos cambios en la dieta
puede ayudar a mantener alejado este tipo de patologías", señala.
Con todo, esta especialista recuerda que su investigación no supone ningún
llamamiento al vegetarianismo. "El principal mensaje es que la alimentación es
un factor fundamental para la salud del corazón", subraya.
En este sentido, los especialistas en nutrición subrayan la importancia de
llevar una dieta equilibrada y variada, sea cual sea su tipo.
El equipo de Crowe también ha asociado el consumo de una dieta vegetariana
con una menor incidencia de diverticulitis (un problema intestinal) y cataratas
oculares. "Queremos seguir investigando el efecto de esta dieta en otras
enfermedades comunes que también puedan tener una explicación alimenticia y cuya
etiología aún no se conoce a fondo", concluye.