Como iréis viendo en casa las cenas suelen ser ligeras, y en el caso de los niños sirven para compensar el menú del comedor escolar. Es decir, si en el cole les toca carne pues de cena pescado; si les toca pescado pues carne o huevo; y si les toca huevo pues pescado. Como en los menús escolares se suele abusar de la carne, las cenas incluyen habitualmente el pescado y el huevo.
Lógicamente mis dos hijos (6 y 10 años) tienen gustos diferentes y en cuestión de pescado no iba a ser menos. El pescado blanco es más versátil, pero cuando toca pescado azul es complicado ofrecerles caballa, sardinas, boquerones, etc, y termino dándoles a uno atún y la otra salmón.
Siempre les acompaño la cena con ensalada, más o menos variada y según los gustos de cada cual: a uno más tomate y a la otra más pepino y zanahoria.
En este caso a mi hijo le puse un simple sándwich de atún con queso calentito en la sandwichera.
A mi hija le tocó salmón ahumado con pepinillo agridulce (combina sorprendentemente bien).
Ya sé que son platos súper sencillos, pero se los comen bien y son nutritivos. Y sí, se comieron toda esa ensalada (hasta yo me sorprendí). El secreto: merienda ligera a base de fruta, para que vayan a la cena con hambre.
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