viernes, 5 de abril de 2013

Asocian el consumo de pescado azul con una mayor esperanza de vida.


   Un estudio muestra que los individuos que presentan niveles altos en sangre de ácidos grasos viven unos dos años más que aquellos con niveles más bajos.


   Los adultos mayores que presentan niveles altos en sangre de ácidos grasos omega-3, que se encuentran casi exclusivamente en el pescado azul y el marisco, pueden ver reducido hasta un 27% el riesgo general de mortalidad y un 35 % la probabilidad de morir por enfermedades del corazón, según un estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard (HSPH) y la Universidad de Washington, en Estados Unidos.

   Los autores del estudiio, publicado en Annals of Internal Medicine, observaron que los adultos mayores que tenían los niveles más altos de ácidos grasos vivían, en promedio, 2,2 años más que aquellos con niveles más bajos.

   "Aunque el consumo de pescado ha sido considerado como parte de una dieta saludable, pocos estudios han evaluado los niveles de ácidos grasos omega-3 en la sangre y las muertes totales en los adultos mayores", señala el autor Dariush Mozaffarian, profesor asociado en el Departamento de Epidemiología de HSPH.

   "Nuestros resultados apoyan la importancia de tener adecuados niveles de omega-3 en sangre para la salud cardiovascular y sugieren que en el futuro estos beneficios realmente podrían extender los años de vida útil restante", agrega este experto. Estudios previos ya habían establecido que el pescado, que es rico en proteínas y ácidos grasos saludables para el corazón, reduce el riesgo de morir de enfermedades del corazón, pero el efecto sobre otras causas de muerte o la mortalidad total estaba poco clara.

   Los investigadores de este estudio examinaron datos correspondientes a un periodo de 16 años de cerca de 2.700 adultos estadounidenses de 65 años o más que participaron en el Estudio de Salud Cardiovascular (CHS).

   Los participantes provenían de Carolina del Norte, California, Maryland y Pennsylvania, y todos estaban sanos al inicio del estudio. A comienzos de la investigación y de forma periódica urante el seguimiento, se les extrajo sangre, se les sometió a exámenes físicos y pruebas de diagnóstico, y se les preguntó acerca de su estado de salud, historial médico y estilo de vida.

   Los investigadores estudiaron la proporción total de tres ácidos grasos omega-3 en muestras de sangre de los participantes. Un tipo en particular, el ácido docosahexaenoico o DHA fue más estrechamente asociado con un menor riesgo de muerte por enfermedad cardiaca coronaria (40% menos) o por arritmias (45% menos)

   El ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosapentaenoic (DPA) estuvieron más estrechamente asociados con un menor riesgo de muerte por derrame cerebral, siendo EPA el más estrechamente vinculado con un menor riesgo de infarto de miocardio no fatal. En general, los participantes con los niveles más altos de los tres tipos de ácidos grasos presentaban un riesgo un 27% menor de mortalidad total por todas las causas.





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