Los hogares españoles están volviendo a la sintonía del programa de cocina
Con las manos en la masa. A las papas con arroz, al bonito con tomate,
a la caldereta o a las migas con chocolate. Todo hecho en casa. El
último estudio sobre el consumo alimentario en el hogar y fuera de este
realizado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente,
detecta que en el último año hemos gastado más dinero en los alimentos propios
de puchero o de salsas como zanahorias (+3,5%), patatas (+3,1%), pimientos
(+1,5%), cebollas (+1,1%). “Salimos menos y gastamos algo menos (...). Yo lo
llamo la vuelta a casa”, resumió ayer el ministro Miguel Arias Cañete.
Según estos resultados, la crisis económica nos
conduce hacia hábitos más saludables. Consumimos más frutas y hortalizas y
ha aumentado la compra de productos básicos, como el arroz, las pastas o las
legumbres.
Para este estudio, 12.000 hogares registraron cada día sus compras con lector
de código de barras. Las conclusiones aseguran que en 2012 ajustamos un poco más
el presupuesto del súper: un 1,3% menos. La media de gasto per cápita es de
1.468 euros y quienes más han incrementado su consumo han sido las personas
jubiladas, las parejas sin hijos y los jóvenes independientes.
El hecho de que las personas mayores estén gastando más en alimentación se
atribuye, en parte, a que están ayudando a hijos con dificultades económicas. En
el carrito de este grupo de población, que supone un 22,4% del total, hay todo
tipo de productos.
El carrito de la compra medio se compone de un 45% del gasto en productos
frescos, como hortalizas, patatas y frutas, y un 22,7% de carne. En este último
año hemos echado un 2,7% más de fruta a la cesta, sobre todo variedades de
verano como sandía, fresas o melón, y hemos dejado de lado las clásicas, como
peras y manzanas. Las cerezas han registrado un descenso espectacular, un 17%
menos. El consumo total de carne también ha crecido ligeramente, un 1,8%, y
entre las variedades que más han subido destaca el pavo (22%), la carne
transformada (2,3%) y el pollo (1,8%).
En este ahorro, el consumo total de pescado ha bajado un 1,2%. Lo han notado
principalmente las conservas, seguidas del pescado y los mariscos.
El ministro también hizo públicos los datos de un barómetro de 1.500
entrevistas telefónicas sobre hábitos de compra. Las respuestas dibujan a un
consumidor que presume de fidelidad con las firmas (un 74%) y que en rara
ocasión opta por las marcas blancas (un 43%).
El consumo fuera del hogar se ha estudiado con una encuesta online
cumplimentada por 30.000 personas. Según los resultados, cuando salimos comemos
más queso, jamón o carnes frescas como venado, jabalí o caballo, una carne que
recibió las alabanzas del ministro por su calidad, y menos cereales, pollo o
pasta. También pedimos más agua de grifo, un 3,2% más.
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