"La prevalencia del asma
ha aumentado dramáticamente en los últimos 30 años, lo que sugiere que
algunas exposiciones ambientales, que aún no se han descubierto, pueden
estar implicadas. Nuestro estudio indica que una exposición puede ser
al BPA", dice la autora principal, Kathleen Donohue, profesora asistente de
Medicina en el Colegio de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia e
investigadora en el Centro para la Salud Ambiental Infantil.
Donohue y sus colegas siguieron a 568 mujeres madres y sus recién nacidos
inscritas en el estudio sobre exposiciones ambientales. La exposición al BPA se
determinó midiendo los niveles de un metabolito de BPA en muestras de orina
tomadas durante el tercer trimestre de embarazo y en los niños de edades de 3, 5
y 7 años. Los médicos diagnosticaron asma en niños de 5 a 12 años en base a los
síntomas de la enfermedad, una prueba de función pulmonar y la historia médica,
además de un cuestionario validado para evaluar las sibilancias.
Después de ajustar por tabaquismo pasivo y otros factores que se sabe están
asociados con el asma, los investigadores encontraron que después del
parto la exposición al BPA se asoció con un mayor riesgo de sibilancias y
asma y, durante el tercer trimestre del embarazo, se asoció
inversamente con el riesgo de sibilancias a la edad de 5 años. El aumento del
riesgo de sibilancias y asma fue visto en dosis bajas de exposición al BPA,
señaló el doctor Donohue, quien explicó que no ven una clara relación lineal
dosis-respuesta.
Bisfenol en sus cuerpos
En los tres puntos en el tiempo, más del 90% de los niños del estudio
tenía niveles detectables del metabolito de BPA en sus cuerpos, un
hallazgo que está en consonancia con investigaciones previas, pero que no
significa que todos ellos desarrollan asma. "Al igual que el fumar aumenta el
riesgo de cáncer de pulmón, pero no todo el que fuma tiene cáncer de pulmón, no
todos los niños expuestos al BPA se desarrollarán asma", concreta Donohue.
Así, el mecanismo biológico detrás de la conexión del BPA y el asma no está
claro, ya que el estudio no encontró evidencia de que la exposición a BPA
aumentara el riesgo de que el sistema inmune desarrollara más anticuerpos a
alérgenos comunes en el aire. "Otras vías posibles pueden incluir
cambios en el sistema inmune innato, pero esto sigue siendo una pregunta
abierta", afirma el doctor Donohue.
"Es muy importante contar con sólida investigación epidemiológica como la
nuestra para dar a los reguladores la mejor información posible sobre la que
basar sus decisiones acerca de la seguridad del BPA", dice el autor principal,
Robin Whyatt, DrPH, profesor de Ciencias de Salud Ambiental y subdirector del
Centro de Salud Ambiental de los Niños de Columbia.
No se trata del primer estudio que relaciona la exposición al bisfenol A con
alguna patología. Investigaciones previas han mostrado que esta sustancia genera
un mayor riesgo de disfunción
sexual, con mayor riesgo de desarrollar diabetes,
y con defectos
cromosómicos. Debido a esta evidencia, Francia ha
prohibido su uso en los productos que estén en contacto con alimentos
infantiles y Canadá
lo ha añadido en la lista de sustancias tóxicas.
Para saber algo más sobre el bisfenol a y la legislación vigente en Europa se puede consultar la página de la AESAN (agencia española de seguridad alimentaria y nutrición) en este ENLACE.
Para saber algo más sobre el bisfenol a y la legislación vigente en Europa se puede consultar la página de la AESAN (agencia española de seguridad alimentaria y nutrición) en este ENLACE.
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