sábado, 23 de marzo de 2013

Los niños 'malcomedores' presentan problemas de atención y un rendimiento académico más bajo


   Un estudio en escolares de entre 3 y 6 años analiza las diferencias entre quienes comen escasamente y quienes lo hacen de manera saludable.

   Se acaban de presentar los resultados de un estudio español publicado en The Open Nutrition Journal, realizado en colaboración con Abbott, que analiza por primera vez las peculiaridades de los niños malcomedores y su relación con determinados problemas congnitivos. “Esta investigación nos ha permitido además definir la conducta del niño malcomedor, ahondar sobre las repercusiones que esta actitud tiene en sus familias y conocer información muy útil sobre las conductas alimentarias de los niños y jóvenes en la actualidad”, explicó el psicólogo infantil Luis Torres, que comentó los resultados obtenidos por este estudio.
   El objetivo de esta investigación, llevada a cabo en 7 colegios de Madrid con 1.101 niños con edades comprendidas entre los 3 y los 6 años, y a los que se sometió a pruebas de medición de la capacidad de atención, era determinar si habían diferencias significativas entre los niños malcomedores y aquellos que comían de manera saludable en cuanto a su atención, los niveles de irritabilidad de las familias y su ingesta nutricional. Como niños malcomedores se definió a aquellos que ingerían menos de un 65% de las cantidades diarias recomendadas de entre 4 y 6 grupos de alimentos (carnes, verduras, frutas, lácteos, carbohidratos y legumbres).
   “Uno de los datos más interesantes arrojados por el estudio fue la definición de las características de estos niños: comen de forma más lenta, tienen más deseos de beber, se sacian enseguida, disfrutan menos de la comida y se comportan de forma caprichosa, no sólo respecto a su alimentación sino en otras facetas; por ejemplo, tienen más rabietas”, señaló Luis Torres.
   En cuanto a las repercusiones de esta conducta sobre los niveles de atención de estos niños, los resultados de esta investigación reflejaron claramente que los malcomedores que se situaban en el segmento de entre 4 y 6 años tenían un nivel de atención significativamente bajo respecto a aquellos que comían saludablemente y esa diferencia se incrementaba hasta un 50% con la edad, de tal forma que más de la mitad de los malcomedores de 5-6 años puntuaban más bajo en los niveles de atención. “Se estima que el 51% de los malcomedores necesitará atención psicológica”, explicó Torres.
   Para el coordinador del estudio y jefe de la Unidad de Gastroenterología y Nutrición Infantil del Hospital Miguel Servet, de Zaragoza, el doctor Luis Ros, “la puntuación más baja en los niveles de atención en el grupo de más edad podría deberse al efecto acumulativo de los malos hábitos alimenticios y a los déficits nutricionales derivados de ellos. Hay que tener en cuenta que la persistencia en esta actitud puede llevar a carencias nutricionales prolongadas”.
   Otra de las evidencias del estudio fue el importante efecto que la conducta de los niños malcomedores tiene en el ámbito familiar. “Se comprobó que en más del 50% de las familias con niños malcomedores de entre 4 y 6 años se produce irritabilidad familiar, creándose una especie de círculo vicioso (los padres se irritan porque el niño no come y el niño, a su vez, persiste en su comportamiento como reacción a la actitud de los padres), lo que propicia un ambiente que, lejos de solucionar el problema, hace que éste cronifique en el tiempo”, señaló el psicólogo.
   Los expertos insistieron en la implantación de hábitos alimenticios saludables como la mejor solución para plantar cara a este tipo de conductas. “Cuanto antes sigan una dieta variada, mejor. Un niño de 3-4 años puede tomar lo mismo que el resto de la familia y es muy importante familiarizarles con todo tipo de alimentos”, señaló el doctor Ros. En este sentido, Luis Torres comentó que “también es muy importante no ceder a los caprichos del niño a la hora de comer y sentarse todos a la mesa, es decir, comer en familia siempre que sea posible”.
   En la población general se estima que entre un 20 y un 60% de los niños son malcomedores, y, según los pediatras, ésta es una de las quejas más habituales de los padres.

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